San Jorge
de Capadocia fue un mártir cristiano, y probablemente uno de los santos más
famosos del santoral, aquí se presentará como ejemplo de valor y lealtad por
Cristo.
Su vida
San Jorge
fue un soldado que murió martirizado en el siglo III. Circulan muchísimas
leyendas sobre su vida y martirio, y es posiblemente, uno de los santos más
populares de toda la cristiandad. Con seguridad tan sólo conocemos lo arriba
citado, sin embargo análisis históricos de las distintas tradiciones y el
trabajo de los bolandistas nos han permitido inferir más detalles sobre su
vida.
Jorge nació
en Capadocia (la actual Turquía) en el siglo III, su padre era Geroncio, un
soldado del Imperio Romano de Oriente que murió al poco de nacer Jorge. Su
madre, Policromía, le llevó con ella a su ciudad natal: Lydda (La actual Lod,
en Israel), donde creció y acabó convirtiéndose también en soldado, alcanzando
rápidamente un puesto destacado, llegando a ser tribuno y comes y siendo
destinado a Nicomedia, con la guardia personal del emperador.
Ignoramos
si era cristiano de antes o se convirtió durante su estadía en el ejército,
pero el caso es que en los años 303 y 304 DC. El emperador Diocleciano emitió
una serie de edictos por los cuales se obligaba a los cristianos a hacer
sacrificios a los dioses romanos y se perseguía a los que se negasen a hacerlo
(Este momento fue conocido como la Gran Persecución de Diocleciano, y tuvo un
alcance terrible). Diocleciano ordenó a San Jorge perseguir y ejecutar a los
cristianos, pero él se negó, atreviéndose a criticar la decisión tomada por el
emperador en su presencia.
Diocleciano
reaccionó violentamente, ordenó su tortura y ejecución. Así en abril de 303,
frente a las murallas de Nicomedia, San Jorge fue torturado cruelmente durante
varios días (la tradición nos dice que se usaron 4 métodos distintos de
tortura) y decapitado el día 23, se dice que sin emitir una sola queja.
Se cree que
su ejemplo alentó a muchos cristianos a resistir, entre ellos a una sacerdotisa
pagana conversa y a la emperatriz Alejandra, esposa de Diocleciano, que fueron
también martirizadas (aunque como veremos, se cree que Alejandra murió antes).
San Jorge fue enterrado en Lydda.
San
Jorge Mártir
Es en Lydda
donde aparece la primera iglesia dedicada a él, durante el reinado del
emperador Constantino el Grande, convirtiéndose muy pronto en uno de los santos
más populares. Su devoción se extendió en el Siglo V por occidente, y fue
canonizado por el papa Gelasio I en el 494 DC
junto con aquellos cuyos nombres son justamente reverenciados, pero
cuyos actos sólo son conocidos por Dios.
Los
primeros cruzados que volvieron de oriente trajeron consigo una alta opinión de
la intercesión del santo, convirtiéndose rápidamente en uno de los santos
patronos de los caballeros. El santo fue asimilado por el Islam, quien también
le venera cómo Al-Hadr (el caballero verde). Las Iglesias ortodoxas consideran
hoy en día a San Jorge como uno de sus santos mayores.
Durante el
Concilio Vaticano II, Pablo VI retiró del santoral católico la festividad de
San Jorge (23 de abril) aunque la mantuvo cómo optativa, lo que no quiere decir
ni mucho menos que se prohíba su devoción o que no se reconozca cómo santo,
simplemente fue retirado porque se quería poner el énfasis en santos más
modernos y con una biografía más fiable.
San
Jorge y el Dragón
A partir de
su martirio y junto con la expansión de su devoción se difundieron muchas
versiones de su martirio, varias de ellas incluían a San Jorge siendo cortado
en pedazos, decapitado y resucitando varias veces y hasta una columna de fuego
que descendía para matar a Diocleciano.
Sin embargo
la más famosa sin duda es la versión de San Jorge y el Dragón(Aparecida en el
Siglo XIII), la cual tenía varias variantes, pero manteniendo siempre un núcleo
central.
Un terrible
dragón atemorizaba la ciudad de Lydda, devorando el ganado y manteniendo a toda
la población espantada. Acabado todo el ganado los habitantes decidieron
ofrecer al dragón doncellas vírgenes para aplacar su hambre, al tiempo le tocó
el turno a una princesa, la cual fue voluntariamente para salvar a su pueblo.
Estando el dragón a punto de devorarla apareció San Jorge con armadura y
montado en un caballo blanco, se interpuso entre la dama y el dragón y le mató
de una sola lanzada. Liberada la princesa, San Jorge convirtió al cristianismo
a todos los habitantes del pueblo y repartió generosamente sus riquezas, tras
lo cual lo abandonó sin aceptar recompensa alguna.
Esta
historia, evidentemente inventada, guarda curiosas similitudes con la vida del
santo. Muy probablemente fue una corrupción de la historia original, que
perdiendo los elementos secundarios, mantuvo el mensaje que se quería
conservar. De esta forma se puede observar cómo el San Jorge de la leyenda y el
real realizan un acto extremadamente meritorio que implica la salvación
(espiritual o material, según la versión) de mucha gente, en especial de una
princesa.
La derrota del dragón (en un caso un animal físico, y en el otro del
Dragón llamado diablo, que le tentaba durante su martirio) delante de todos,
que implica la salvación del pueblo (Del pueblo de Dios, es decir, de los
cristianos, evitando que se acobarden y renuncien a Dios, en el caso de la
historia real).
El hecho de que sea común a varias versiones que San Jorge
derrotase al dragón de una sola lanzada (acto insólito en las historias
medievales, pues una lucha larga y dificultosa sirve en general para
engrandecer aún más el valor y fuerza del caballero) nos indica que llevó a
cabo esa hazaña de manera especialmente sobresaliente, pudiendo significar esto
una entereza fuera de lo común durante el martirio.
En el caso de la princesa
rescatada se refiere muy probablemente a la emperatriz Alejandra, la cual,
según una leyenda no comprobada, alentada por su ejemplo, fue a dar su vida en
martirio, pero murió de forma pacífica momentos antes de sufrirlo por
intercesión de San Jorge.
La leyenda
del dragón vino con varias interpretaciones metafóricas y didácticas de la
historia, convirtiendo al dragón en el Diablo, el mal, etc; al caballo blanco
se le identifica con la Iglesia, con la fe o con el mismo Cristo y a la
princesa con la Iglesia, generalmente.
Patronazgo
A lo largo
de la historia San Jorge se ha convertido en el patrón de muchos reinos y
ciudades (especialmente durante la Edad Media), entre los más conocidos
figuran: Aragón, Inglaterra, Georgia (que también le da el nombre), Génova,
Moscú (cuya bandera es un San Jorge a caballo con fondo granate), Portugal,
Cáceres...
También fue
santo patrón del estamento de caballería, de los ejércitos de Rusia, del
movimiento Scout y de las Órdenes Teutónica y de Calatrava.
Su emblema
es una cruz roja con brazos que llegan hasta los extremos y fondo blanco. Fue
utilizada profusamente y aun ahora puede verse en multitud de banderas
nacionales y regionales, con el notable ejemplo de la enseña de Inglaterra,
conformada exclusivamente por la llamada Cruz de San Jorge.
Iconográficamente
se le suele representar a lomos de un caballo blanco, sujetando una lanza
clavada en un dragón que suele aparecer a sus pies y recubierto de armadura, a
modo de caballero de Dios victorioso contra el mal. Se le considera el santo
guerrero por excelencia, y junto con San Miguel Arcángel, el terror de los
demonios.